Emilio en su juventud había sido editor, como casi todos sus correligionarios de la peña Niké; escribió poesía. Se unió a otros librepensadores y salió Andalán, que fue antesala de un partido socialista aragonés que le llevó al Congreso de Diputados. Luego sería el reintroductor del Justiciazgo aragonés.
Hablaba fabla, hacía esculturas. Con Tramullas inventó una montaña museo. Defendió el patrimonio común. Tocaba la guitarra; se sabía canciones de Brassens y Labordeta; cantaba coplas en cheso.
Inventó el neologismo "nubepensador".
Era amigo de la casa. Editamos sus últimos libros. Expuso en Enlatamus y recitó de memoria, como siempre hacía.
Emilio, ay, marchaste a tu nube!
Emilio, David Giménez. Foto Txabi Beroitz |
Emilio exponiendo en Enlatamus. Foto Txabi Beroitz |
Roberto Artigas, Emilio, David Giménez, Joaquín Carbonell |
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